La noticia del día en el mundillo futbolístico de Coruña, más que el Depor 0 - Moyá 0 de ayer, fué la intervención a medio partido del Camarada Naya, nuestro inmarcesible (para los de la LOGSE, que no se marchita) e incombustible speaker.
La verdad es que el comentario tiene su coña como juego de palabras entre gente y en la propia grada, pero vista la corrección política que nos invade, quizás estuvo más que fuera de sitio. Y no por que fuesen los Webos cinco, quince ó 12,75, sino por lo inoportuno, máxime con la Celia, perdón Ayza Gámez que nos tocó de árbitro (este hombre iba para vedette, después de lo visto ayer).
En fin, esperemos que la "boutade" del amigo Naya no nos salga cara: arrepentido está, ya lo habréis escuchado en diferentes medios de comunicación.
No sé vosotros, pero yo prefiero pasar página y recordar el 24 de Junio de 1.995 en el Bernabéu, en aquella maravillosa final contra el Valencia: os acordaréis que fue él quien hizo la megafonía del partido. Escuchar su voz allí, en territorio comanche, fué para mí y depués de tantos años de oír su voz en Riazor, una de las sensaciones más intensas de aquél interminable partido de tres eternos días, después de tantos peregrinajes por segunda, segunda B y tercera; escuchar su voz me hizo pensar que mereció la pena tanto sufrimiento, tantos sinsabores, tantos dias sin gloria, tanto frío, tanta lluvia, tanta espera, hasta llegar a aquél bendito día.
Y después, salió el sol del Depor y todavía hoy sigue brillando con fuerza.
Que siga así por muchos años. Amén.
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